La Obra de San Juan de Dios
El Hermano Juan José Ávila desgranó todo su duro peregrinaje por la fe, su "locura divina" -como enfatizó-, hasta culminar en una de las virtudes que le adornó, la Hospitalidad, valor fundamental de la Orden religiosa a la que dio nombre siglos después.
Según el Superior de la Orden en Cantabria, San Juan de Dios "involucró a la sociedad en la ayuda y cuidado de los enfermos y necesitados, como un verdadero agente del cambio social". Pasados los siglos, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios está presente en los cinco continentes, con cerca de 300 obras repartidas en 53 países, tratando en todo el mundo a 20 millones de enfermos, pobres y necesitados.